Este 20 de junio, la Organización de las Naciones
Unidas celebra el Día Mundial de los Refugiados para conmemorar la fuerza,
valor y perseverancia de los refugiados en el mundo.
Según información de las NU, a nivel mundial, el número de migrantes internacionales alcanzó
los 191 millones en 2005 y aproximadamente una tercera parte se ha trasladado
de un país en desarrollo a otro, mientras que otro tercio ha pasado de un país
en desarrollo a uno desarrollado. Es decir, que los migrantes “Sur a Sur” son
casi tan numerosos como los “Sur a Norte”.
En 2005, Europa acogió el 34% del total de migrantes
en el mundo; América del Norte el 23%, y Asia el 28%. Sólo el 9% vivía en África;
el 3% en América Latina y el Caribe; y otro 3% en Oceanía.
En un informe de la Pew Research Center, en Estados Unidos, los inmigrantes no
autorizados representaban el 3.5% de la población total y el 26% de los 43.6
millones de residentes nacidos en el extranjero en 2014.
La población nacida en el extranjero también incluyó
19 millones de ciudadanos naturalizados, 11.7 millones de residentes
permanentes legales y 1.7 millones de residentes legales con visa temporal
(estudiantes, diplomáticos y los llamados “trabajadores invitados” en el sector
de la tecnología).
En Estados Unidos los inmigrantes de distintas
nacionalidades representan el 13.6% de su población en total, y 28% de ese
universo son mexicanos. Los inmigrantes mexicanos han constituido una de las
mayores migraciones en masa de la historia moderna.
El pasado mes de marzo, la Comisión Estatal de
Derechos Humanos de Aguascalientes formuló una petición a la oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas en México, para que respalde y proteja a
nuestros connacionales mexicanos en Estados Unidos y éstos puedan recibir el trato
de refugiados en el vecino país del norte.
Esta solicitud se hace atendiendo al peligro que
implica el discurso xenófobo del actual mandatario estadounidense Donald Trump,
que de continuar con sus políticas antimigrante,
las familias deportadas no tendrán condiciones dignas de vida en nuestro país,
y podría haber consecuencias mortales por causa del crimen organizado; eso sin
contar a millones de niños que nacieron en Estados Unidos de América que
obtuvieron su nacionalidad americana y que tienen padres mexicanos, los cuáles
se quedarían solos en aquel país.
Con esta acción, la CEDHA se convirtió en uno de los
primeros organismos públicos de defensa de Derechos Humanos estatales, que
impulsa a nivel internacional una solicitud del tipo. Fue sustentada en el Manual
de Procedimientos y Criterios para Determinar la Condición de Refugiado en
virtud de la Convención de 1951 y el Protocolo de 1967.
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